En una nueva parada de su gira por Hidalgo, Claudia Sheinbaum vuelve a poner sobre la mesa su propuesta de elección judicial, un tema que parece haberse convertido en el estandarte de su campaña. Durante su discurso, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México destacó la supuesta necesidad de otorgar al pueblo el derecho de elegir a sus jueces, alegando que esto fortalecería la democracia y la justicia en el país.
Sin embargo, esta propuesta no ha estado exenta de críticas, especialmente de aquellos que temen que una medida así podría abrir la puerta a la politización del sistema judicial. Irónicamente, mientras Sheinbaum defiende esta iniciativa como un mecanismo de empoderamiento ciudadano, sus opositores argumentan que podría convertirse en una herramienta para que los partidos políticos ejerzan más control sobre la justicia.
La dinámica de las giras políticas en México es clara: prometer reformas que a primera vista suenan progresistas, pero que en la práctica pueden tener implicaciones imprevistas. La elección judicial, tal como la presenta Sheinbaum, se enmarca en esta dinámica. Aunque la idea de que los ciudadanos elijan a sus jueces suena democrática, hay una serie de desafíos que deben ser considerados. Desde el riesgo de que el poder judicial se convierta en una extensión de las luchas partidistas, hasta la compleja logística que implicaría la implementación de tal sistema.
La gira de Sheinbaum en Hidalgo también ha servido como escaparate para que la política refuerce su conexión con las bases y promueva su visión del futuro. Queda por ver si esta estrategia logrará convencer a un electorado que, cada vez más, se muestra escéptico ante las promesas de cambio provenientes de partidos 'progresistas' que en muchos casos fallan en transformar sus palabras en acciones concretas.