En una reciente conferencia de prensa, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó las preocupaciones expresadas por los productores de tomate de Estados Unidos, especialmente de Florida, sobre las supuestas prácticas de 'dumping' por parte de México. Estas quejas han llevado a que, durante años, se impongan sanciones al tomate mexicano en el mercado estadounidense.
Sheinbaum afirmó que el tomate mexicano no puede ser reemplazado en términos de volumen y calidad por el cultivado en Estados Unidos, sugiriendo que no alcanza los mismos estándares. Además, aclaró que la medida del 20.91% anunciada no es un arancel, sino una "cuota compensatoria" derivada de largas acusaciones de 'dumping', que remontan a 1996. Desde entonces, las importaciones de tomate desde México han estado bajo supervisión según un Acuerdo de Suspensión de Investigación Antidumping.
Durante la conferencia, Julio Berdegué, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), explicó que el dumping implica vender productos a precios artificialmente bajos para ganar cuota de mercado, lo que ha sido una acusación constante contra México.
El Gobierno mexicano planea entablar un diálogo con Washington para evitar la aplicación del 20.91% de sanción a los tomates mexicanos, calificada por Berdegué como acusaciones "sin razón." Además, mencionó que el incremento de precio afectaría a los consumidores estadounidenses, ya que gran parte de los tomates consumidos en el país son mexicanos, representando el 90% de sus importaciones totales.
México exporta casi todos sus tomates a Estados Unidos, alcanzando ventas de 2,562 millones de dólares en 2023, según datos del portal Data México'. Sheinbaum concluyó que cualquier intento de sustituir el tomate mexicano resultaría en un incremento del 21% en su precio en el mercado estadounidense.