El saludo romano, la histeria woke y la hipocresía de siempre

Alejandro Flores
February 25, 2025
1 min

Elon Musk levanta la mano en un mitin y los progres entran en pánico. Eduardo Verástegui hace un gesto en la CPAC y de inmediato lo tachan de nazi. Mientras tanto, líderes autoritarios reales siguen oprimiendo a su gente sin que los mismos críticos digan una sola palabra. Entonces, ¿cuál es la verdadera amenaza?, ¿un saludo genérico o los regímenes que aplastan libertades?

El escándalo de los gestos

Durante la inauguración del gobierno de Donald Trump Elon Musk hace un gesto efusivo., que inmediatamente fue tomado por Twitter como una señal innegable sobre su supuesto nazismo. Unos meses después, Eduardo Verástegui repite la escena en la CPAC, y el linchamiento mediático es inmediato, brutal y lleno de las mismas acusaciones sin sentido.

Sin embargo, si somos honestos, el gesto hecho por Musk y Verástegui resulta más bien un saludo genérico que otra cosa. Por ejemplo, políticos como Obama, Hillary Clinton, Kamala Harris, Claudia Sheinbaum, entre muchos otros de todo el espectro ideológico, y en una enorme variedad de situaciones, han hecho exactamente el mismo ademán y nadie ha brincado. ¿La razón? Sencillo, porque es un ademán genérico.

El falso alarmismo y la ceguera selectiva

El problema no es solo la exageración sobre estos gestos, sino la forma en que la indignación es selectiva. Por ejemplo, Alexandria Ocasio-Cortez no perdió la oportunidad de atacar a Musk con frases como "en este país odiamos a los nazis". Sin embargo, cuando se trata de Venezuela y Cuba, su postura es mucho más tibia.

Irene Montero, quien hizo la misma acusación sobre nazismo, estuvo apenas hace unos días haciéndole un lavado de cara al dictador cubano Díaz Canel. Cuando al parecer olvidó también su postura feminista, porque se le olvidó tocar el tema del tráfico de mujeres y niñas en la isla, solapado por el propio régimen que fue a ensalzar.

El infuencer Diego Ruzzarrin no dudó en un sólo segundo gritar "fascismo" ante el gesto de Musk, pero cuando fue a hacer vil propaganda para el régimen de Nicolás Maduro dejó de lado las desapariciones forzadas, el hambre de los venezolanos, las elecciones amañadas y la evidente falta de democracia en la nación.

Lo mismo ocurre con México. AMLO atacó a la prensa, desmanteló contrapesos y concentró poder como ningún presidente en décadas, pero ciertos sectores progresistas lo justifican porque "atiende la desigualdad", a pesar de que su gobierno dejó los peores indicadores en economía en décadas. Su sucesora, Claudia Sheinbaum, dinamitó el Poder Judicial y ha dejado la antesala para un régimen autoritario como no se había visto en México, pero los críticos que pegaron el grito en el cielo por un saludo curiosamente no dijeron nada sobre la destrucción del sistema de contrapesos institucional mexicano.

Conclusión: el teatro de la indignación

En ese sentido, toda esta histeria por un gesto es el enésimo ejemplo de la doble moral progresista. Señalan fascismo en un gesto con la mano, pero miran hacia otro lado cuando los regímenes de izquierda violan derechos humanos a diestra y siniestra. Así es imposible que uno les compre el teatro, porque si realmente les preocupara el autoritarismo, empezarían por mirar a sus propios aliados en vez de perder el tiempo con teorías absurdas. Sin embargo, como siempre, la izquierda es experta en encontrar excusas para los suyos y en aventar acusaciones para los otros, con lo cual revelan una verdadera hipocresía moral donde los asesinos son héroes y los opositores fachos.

Lo que no se dan cuenta, tal como lo dijo el Maestro Cuy en Mitómenos, es que con cada acusación falsa que lanzan destruyen su propia credibilidad. Tal como se puede ver en la reacción en las urnas alrededor del mundo, la cual significa que cada vez menos personas les creen el cuento, eso les pasa por gritar "lobo" tantas veces.

Alejandro Flores
Director General
Periodista, investigador, activista por los Derechos de los Hombres y contra las falsas denuncias. Creador de contenido crítico, enfocado en derechos humanos y análisis político.