YO SÉ QUE NADIE ME PREGUNTÓ

Este 8 de marzo, como cada año, lo que vimos fue un despliegue de violencia cuyas perpetradoras son, irónicamente, mujeres.

En México, la política dejó de ser un juego de ideas hace mucho. Hoy es un circo, más que de pulgas, de chapulines, donde los políticos brincan de partido en partido con tal de no soltar el hueso.

Musk levanta la mano en un mitin y los progres entran en pánico. Verástegui hace un gesto en la CPAC y de inmediato lo tachan de nazi. Mientras tanto, líderes autoritarios reales oprimen a su gente sin que los mismos críticos digan una sola palabra.

Cada vez más son los casos de denuncias falsas que ponen en entredicho los "logros" del feminismo y la fe ciega que se le ha dado a cualquier mujer que afirma ser víctima.